¡Corea del Sur está luchando decididamente contra las redes internacionales de estafadores!

¡Corea del Sur está luchando decididamente contra las redes internacionales de estafadores!

En octubre de 2025, el gobierno surcoreano del presidente Lee Jae-myung lanzó una operación radical para acabar con las redes criminales en Camboya que están atrapando a cientos de ciudadanos surcoreanos en centros de fraude en línea. Los informes agudos sobre torturas y malos tratos mortales a las víctimas están causando una creciente preocupación entre la población surcoreana. En este contexto, se impuso una restricción de viaje de nivel Código Negro para cumplir con la “misión de seguridad nacional”. El gobierno de Corea del Sur ha desplegado inteligencia y fuerzas especiales para abordar estos desafíos junto con el gobierno de Camboya, informa. Publica tailandesa.

Sin embargo, el problema de los estafadores se extiende mucho más allá de Camboya y está profundamente arraigado en Tailandia. Aquí existe una red generalizada que explota la tecnología y la influencia política y socava la seguridad nacional desde dentro. Los ciudadanos están experimentando una “crisis de seguridad moral” en la que su confianza en el Estado está disminuyendo visiblemente. Por lo tanto, se requiere urgentemente la introducción de un “marco de gobernanza basado en principios” para combatir el grave deterioro moral del aparato gubernamental.

Necesidad urgente de reforma

Cuando se trata de combatir estas actividades criminales, se ponen sobre la mesa varias medidas importantes. Esto incluye el establecimiento de un Centro de Inteligencia Moral (MIC), cuyo objetivo es monitorear los flujos financieros y los funcionarios ilegales. También se está planificando un grupo de trabajo sobre fronteras digitales para trabajar junto con los países vecinos para combatir los centros de fraude y lavado de dinero. Un Índice Nacional de Confianza también pretende medir la confianza de los ciudadanos en el Estado y servir así como instrumento de control, como indican los informes de Publica tailandesa justificar. Una cosa está clara: el liderazgo moral es crucial si se quiere restablecer la confianza de los ciudadanos, porque el cambio real es responsabilidad de nuestros líderes.

Los desafíos creados por la corrupción endémica en Tailandia son graves. El Índice de Percepción de la Corrupción de 2024 muestra que Tailandia ocupa el puesto 107 entre 180 países con sólo 34 puntos. A pesar de la retórica política sobre la lucha contra la corrupción y la decisión de la junta militar de hacer de la lucha contra la corrupción una prioridad, la situación no ha mejorado hasta ahora. Más bien, los funcionarios de la junta también participan en prácticas corruptas, y la corrupción masiva y el nepotismo son comunes, como es el caso. Wikipedia resume.

El estado de ánimo en la región de la ASEAN

Los problemas de Tailandia no se reflejan de forma aislada; Toda la región de la ASEAN se enfrenta a una crisis de gobernanza moral. Indonesia es actualmente un foco de malestar social que apunta a fallas igualmente graves en la gobernanza. La corrupción masiva y el comportamiento represivo de los funcionarios están provocando descontento entre la población, no sólo en Indonesia, sino también en Filipinas y Tailandia. Una encuesta realizada por el Instituto ISEAS-Yusof Ishak encontró que el 43,4 por ciento de los residentes de la ASEAN ven la desigualdad social como el mayor problema. Cada vez está más claro que se necesitan soluciones creativas y reformas profundas para estabilizar la situación interna en estos países, no sólo por interés propio, sino también para seguir siendo relevantes en el escenario internacional.

El futuro de la ASEAN está en juego: las posibilidades van desde una transformación fundamental mediante una reforma moral hasta la división debido a un conflicto interno. En este contexto, los partidos políticos que luchen decididamente contra el problema de los estafadores podrían ganarse la confianza de los ciudadanos y restaurar el honor del Estado, lo que podría resultar crucial para la estabilidad de la región.

En última instancia, la lucha contra los estafadores y la corrupción se ve no sólo como una batalla de políticas financieras o de seguridad, sino como una “guerra moral” que requiere coraje y determinación. Ésta es la única manera en que el Estado puede mantener su integridad y recuperar la confianza de sus ciudadanos.