Crisis política en Tailandia: ¡la gente exige urgentemente una nueva constitución!

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Tailandia lucha contra la crisis política y la corrupción; Centrarse en la discusión sobre la nueva constitución. Desarrollos y desafíos actuales.

Thailand kämpft mit politischer Krise und Korruption; Diskussion über neue Verfassung im Fokus. Aktuelle Entwicklungen und Herausforderungen.
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Crisis política en Tailandia: ¡la gente exige urgentemente una nueva constitución!

Están sucediendo muchas cosas en Tailandia. Mucha gente está descontenta con la situación política y expresa abiertamente su frustración. La Constitución de 2017, que alguna vez fue vista como un progreso, ahora se considera un fracaso, particularmente en lo que respecta a la lucha contra la corrupción. No es ningún secreto que las buenas intenciones por sí solas no producen los resultados políticos deseados. De hecho, la corrupción ha aumentado bajo el régimen actual, dejando a la población enfrentando estancamiento económico e inseguridad en el mercado laboral.

Actualmente existe un acalorado debate en los círculos políticos sobre si es hora de crear una nueva constitución. Muchas voces dicen que la mejor oportunidad para ello llegó hace mucho tiempo. Sin embargo, el Parlamento está examinando la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente. Aún no está claro si el Parlamento hará la selección, si debería haber elecciones o una combinación de ambas cosas. Una sentencia del Tribunal Constitucional nos enseña que aunque el Parlamento puede hacer cambios, los ciudadanos no pueden simplemente elegir a los autores.

Debate público y experiencia

Está previsto que el debate sobre el futuro de la Constitución continúe en diciembre. También se enfatiza que la constitución debe ser vista como un conocimiento colectivo que fortalece la conexión con la población. El proceso de elaboración de una constitución debe incluir no sólo las opiniones de expertos, sino también las ideas y opiniones de los ciudadanos. Es esencial que exista un equilibrio entre las emociones y las consideraciones racionales en el proceso constitucional. El debate público fuera del parlamento se considera una piedra angular del proceso constitucional y el gobierno debe promover el intercambio en la sociedad.

Pero la crisis política se ve agravada por varios factores. El primer ministro Paetongtarn Shinawatra está suspendido y el conflicto en la frontera con Camboya también está provocando disturbios. Esta disputa existe desde hace más de 100 años y ha llegado a un punto crítico bajo el gobierno actual. Una conversación entre Shinawatra y el ex primer ministro camboyano Hun Sen, que se filtró recientemente, ha generado aún más sorpresa. Referirse a Hun Sen como "tío" ha provocado una afrenta política que ha llevado a miles de personas a las calles de Bangkok para exigir la dimisión de Shinawatra.

Una mirada al futuro

Un partido de la coalición ya abandonó el gobierno y el Tribunal Constitucional destituyó a Shinawatra de su cargo tras una investigación. El politólogo Pavin Chachavalpongpun describe esta situación como un campo de batalla entre instituciones elegidas y no elegidas, en el que el ejército y la familia real desempeñan un papel dominante. Lo interesante es que, a pesar de la agitación política, Tailandia sigue siendo vista como un ancla de estabilidad en el sudeste asiático y se mantiene como una de las 30 economías más grandes del mundo.

Sin embargo, la situación económica pronto podría empeorar aún más. Los inminentes aranceles del 36 por ciento por parte de Estados Unidos podrían tener un impacto significativo en las exportaciones, ya que casi el 20 por ciento de todas las exportaciones tailandesas van a Estados Unidos. A pesar de todos estos desafíos, muchos expertos no ven actualmente un golpe de estado inminente, pero creen que unas nuevas elecciones no proporcionarán una solución a los problemas actuales.

Por lo tanto, la situación política seguirá siendo un tema candente en el futuro próximo. Queda por ver si el debate constitucional previsto para dentro de un mes allanará nuevos caminos. Una cosa es segura: la sociedad tailandesa se siente llamada a ser parte activa del proceso.